Lo que Alemania debería representar

Alemania es sinónimo de amor al prójimo y el trabajo por la paz y la justicia en el país, en Europa y en el mundo.

El hecho de no prestar asistencia a los refugiados de África que se ahogan en el Mediterráneo constituye una violación de la constitución. Por lo tanto, la marina federal debe enviar barcos para el rescate. Deben desvincularse de ello los procedimientos para el retorno de los refugiados o los procedimientos de asilo justificados e injustificados. Observar meramente cómo se ahogan durante meses y hacer que los medios de comunicación públicos emitan semanalmente las imágenes como contribución obligatoria a la disuasión es cínico y sólo complace a los radicales de derecha y a los racistas.

Alemania es sinónimo de respeto a la dignidad humana. Por lo tanto, se rechaza la política de exclusión y xenofobia.

Alemania apoya el humanitarismo y la seguridad elemental de todos los necesitados que no pueden ayudarse a sí mismos con sus propios esfuerzos como pensionistas o por problemas debidos a la exclusión social o a grandes deficiencias educativas. Deben tener un subsidio básico de 1.500 euros mensuales.

Alemania es sinónimo de integración y apertura al mundo.

Alemania es sinónimo de igualdad de oportunidades independientemente del origen e ingresos de los padres.

Alemania es sinónimo de innovación y de voluntad de guiar el país al mundo digital para reducir las reticencias de las personas mayores, pues ellas reconocen que el mundo digital también facilita suvida. (Desafortunadamente, todos tratan del asunto sólo de boquilla).

Se necesita una nueva iniciativa de investigación. Esto comienza con la educación temprana, el descubrimiento de talentos ya en la infancia y su promoción individual. Continúa en la escuela primaria, lo que despierta el espíritu de investigación y promueve la creatividad.

En tiempos de cambio demográfico, la protección de la familia y los esfuerzos por aumentar la natalidad es el deber primordial de todos los responsables políticos.