Alemania había estado de acuerdo en vincular la evolución de los salarios al crecimiento de la productividad. Francia lo ha hecho. Alemania, por el contrario, no. Gracias a este desarrollo y por el incumplimiento de los acuerdos, Alemania ha gozado de una ventaja competitiva que supone un franco descontento de los países vecinos. Por lo tanto la tarea consistirá en alentar a las empresas a que cumplan los acuerdos concertados y a que ajusten los salarios al aumento de la productividad.